¿Qué pueden hacer las marcas para aportar esa humanidad y contacto que tanto se echa en falta?
Anticiparse y crear valor real.
Siempre hablamos de que las marcas son y se comportan como las personas. En un momento crucial como el que vivimos, en el que el consumidor demanda más interacción humana y marcas que estén a su lado, detalles como preguntarte cómo estás, qué necesitas, qué tal te va ese producto o simplemente estar accesible, suponen la diferencia. Es ahí donde se demuestra el verdadero interés, el que va más allá del beneficio comercial.
Las empresas toman el pulso de la sociedad antes que las instituciones, lo que les permite anticiparse y crear valor real para sus consumidores. Como la aseguradora que ha creado un servicio de consulta digital evitando que te desplaces hasta tu centro sanitario. Un buen ejemplo de cómo tangibilizar ese atributo ‘humano’ en un plan de acción claro del que el usuario se beneficie en cada punto de contacto.