¿Por qué las marcas deberían mojarse y tomar partido?
Cada vez que consumimos, votamos.
Hubo una época en la que precio, calidad, accesibilidad… eran los únicos drivers para decantarnos por una marca. Hoy en día, los valores de las compañías se convierten también en criterios de decisión. De alguna forma, “premiamos y castigamos” a las marcas en función de su comportamiento. Una tendencia todavía más acuciante entre los más jóvenes. Esto ya no va de palabras bonitas en el ‘Quiénes somos’ de la web sino que, cada vez más, exigimos a las marcas que hagan realidad esos valores que proclaman tomando partido en los asuntos importantes. No se trata de ser más valiente, o más activista, sino de estar en el mundo y ocuparse de las preocupaciones de los usuarios.
Porque, como solemos decir, las marcas son como las personas y las personas no solo creen en algo, también sienten, se posicionan, y actúan en consecuencia. O al menos así debería ser.

Nike cambió su lema para denunciar el racismo sistémico y la violencia policial.

Airbnb hizo una campaña a favor de las personas, sin importar su origen, su orientación sexual o su religión.

Patagonia llamó a votar contra los negacionistas del cambio climático.

Sprite lanzó una campaña para concienciar a los jóvenes negros de la importancia de su voto.

Ben&Jerry’s es conocida por su lucha contra el calentamiento global.